No está bien reírse de los demás, pero a veces, somos los primeros en reírnos y acordarnos de situaciones en las que nosotros mismos hemos hecho el ridículo. No debemos pensar que somos los únicos que alguna vez hemos hecho algo por lo que posteriormente nos hayamos muerto de vergüenza. Reirse de uno mismo es lo más sano para tener una buena autoestima.
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